Sí, lo hace y mucho. Hoy traemos este artículo de Gloria Gómez que nos va a aclarar mitos sobre ella explicando puntos de interés de nuestra vida cotidiana.

VISIÓN es una palabra cuyo significado esconde mucho más de lo que a priori parece. Vamos a desgranarlo y a diferenciarlo de otra palabra con significado «parecido»: VISTA.

  • VISTA: capacidad de ver con detalle un objeto, sinónimo de agudeza visual (AV).
  • VISIÓN: capacidad para ver, procesar e interpretar lo que estamos viendo de una manera óptima y eficaz.

Este proceso necesita de una buena agudeza visual, un buen funcionamiento de las vías visuales (desde el ojo hasta el córtex visual) y de una interpretación correcta por parte de todas las áreas cerebrales implicadas en la visión. Es decir, necesitamos ver bien, y que el cerebro entienda lo que ve para poder darle un sentido a lo que tenemos delante de nosotros.


¿Tenemos una buena visión?

En las revisiones habituales, nos enseñan una pantalla con letras, nos preguntan hasta dónde llegamos a ver nítido y, según esta respuesta, gradúan para compensar defectos refractivos (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo) que impidan alcanzar una buena AV y por tanto tener una «buena visión». Estas revisiones son incompletas.

Si llegamos a ver el 100 %, ¿¡enhorabuena!? Parece que mis ojos funcionan genial, pero falta mucha información por saber.

Lo correcto es realizar una exploración completa. En primer lugar, hay que descartar cualquier patología de la vía visual, de lo cual se encarga el Oftalmólogo.

Lo segundo es cerciorarnos de que la vía es funcional desde los ojos (órgano receptor) hasta el córtex visual, observar si existen interferencias que afectan al comportamiento, a las relaciones con el entorno, al aprendizaje, etc. Este profesional es el Optometrista comportamental.

Ya podemos hacernos una idea de que tener una buena agudeza visual no implica que el sistema visual esté funcionando de una manera correcta.

Pero, si además conocemos los siguientes datos:

  • Más del 70 % de la información que recibimos es visual. Hacia los 3 años (edad a la que normalmente se escolariza a los niños) la percepción sensorial visual es la que más información nos da del entorno.
  • No nacemos con el sistema visual completamente desarrollado; al igual que el sistema motor del bebé tiene que madurar, por ejemplo, para conseguir, entre otros hitos, la bipedestación o, en el caso de la visión, la binocularidad. Es decir, es un proceso de neurodesarrollo, al igual que tienen que aprender a moverse, tienen que aprender a ver, y este proceso es conjunto. Sin movimiento no hay experiencias sensoriales por lo que la maduración y el aprendizaje serán de peor calidad.
  • Disfunciones visuales causan al menos 1/3 parte del fracaso escolar.


El papel de la visión en el aprendizaje

Por los datos anteriores, podemos sospechar que es, al menos, importante. Un buen desarrollo de las vías visuales nos va a permitir que la información que nos llegue lo haga de manera rápida, eficaz, sin interferencias y que a nivel del córtex visual se procese e interprete de manera óptima, decodificando de manera correcta los símbolos de la lecto-escritura, dándole un significado a lo que lee y ve. No podemos olvidarnos de la relación con el entorno, el cálculo de distancias, el control espacial, etc.

Por lo tanto, si existen interferencias en la entrada de información (sistemas sensoriales), en el procesamiento de la información o en la respuesta que el sistema nervioso central genera, el aprendizaje no será óptimo.

¿Qué condiciones desfavorables podemos encontrarnos?

  • Ametropía (miopía, hipermetropía o astigmatismo)
  • Disfunción acomodativa o de convergencia
  • Disfunción en la motilidad ocular
  • Ambliopía (ojo vago)
  • Estrabismo
  • Dificultades en la percepción visual (aprendizaje)
  • Diplopía (visión doble)

Las revisiones visuales completas son necesarias desde pequeños, tenemos que asegurarnos de que su sistema visual está preparado para vivir experiencias únicas y de calidad todos los días.