Hoy contamos en nuestra sección con la colaboración del Dr. Gonzalo Mora de la Clínica Itramed que nos dará ciertos consejos sobre el crecimiento.

En ocasiones nuestros hijos acuden quejándose de un dolor en las rodillas sin haber sufrido ningún golpe o esguince previo, y muchas veces coincide que están dando el estirón.

El dolor en la rodilla aparece sin antecedentes traumáticos y sin hinchazón. Incluso en ocasiones le impiden realizar la actividad física que más les gusta. En este momento es cuando nos preocupamos y vemos que realmente el niño demanda la atención por un problema agudo en su rodilla.

Para poder entender cuales son las causas más comunes primero debemos conocer la anatomía de la rodilla del niño en crecimiento.

Anatomía de la rodilla en el crecimiento

La rodilla es la articulación que absorbe todos los impactos provocados por el caminar, correr, saltar, agacharse… por ello es la articulación que con mayor facilidad se lesiona. La rodilla es una articulación compuesta por 4 huesos (tibia, peroné, fémur y rótula), 2 meniscos, tendones y ligamentos.

Para que el desarrollo óseo se complete existen unas líneas de crecimiento que se encuentran en los extremos de los huesos largos como el fémur, la tibia y el peroné. Las líneas de crecimiento son también llamadas núcleos de osificación o físis.

Se trata de una zona cartilaginosa con gran capacidad proliferativa que hace que los huesos crezcan a lo largo. El cartílago de crecimiento se utiliza para valorar el crecimiento de los niños hasta que se fusionan en la pubertad, cuando ya no esta previsto que crezcan más.

Las lesiones más frecuentes del niño

Las alteraciones más frecuentes del dolor de rodilla en niños son principalmente la lesión crónica de Osgood-Shlatter y la condromalacia rotuliana. Estas alteraciones están provocadas principalmente por actividad intensa y deportiva normal en un niño activo.

Lesión Osgood-Shlatter o rodilla del deportista

La lesión de Osgood-Shlatter es una enfermedad típica del adolescente deportista y activo. Generalmente producida por microtraumatismos en el cartílago de crecimiento de la tuberosidad anterior de la tibia y estiramientos bruscos del tendón rotuliano.

 Aparece especialmente entre los 10 y los 15 años, aunque también puede ocurrir en chicos más jóvenes. La incidencia es mayor en niños, aunque está aumentando en el sexo femenino. En muchas ocasiones se presenta en forma bilateral en hasta un 50% de las veces.

El dolor es selectivo en la parte anterior de la tibia, aumentado con el ejercicio físico y cediendo con el reposo. Los síntomas desaparecen cuando la tuberosidad tibial se fusiona, generalmenteentre los 14 y los 16 años.

La forma de diagnosticarlo es mediante una radiografía lateral y en semiflexión o mediante ecografía.

El tratamiento generalmente consiste en el control del dolor con analgésicos tipo paracetamol (en dosis pediátricas) y disminuir la actividad de forma temporal hasta cesar los síntomas. Se deben evitar infiltraciones con corticoides ya que favorecen la rotura tendinosa rotuliana.

En los casos más extremos y de evolución tórpida con medidas conservadoras, se utiliza terapias regenerativas sobre el tendón rotuliano. El tratamiento mínimamente invasivo que se utiliza y sin necesidad de cirugía, es la realización de 2 o 3 inyecciones de una sustancia proliferante con la finalidad de restablecer la situación normal del tendón y eliminar el dolor. Este tratamiento es la proloterapia.

Condromalacia rotuliana

Esta dolencia aparece de forma característica en la adolescencia. Llamada condromalaciarotuliana o síndrome femoropatelar, se trata de un reblandecimiento del cartílago articular que recubre la rótula debido a un movimiento repetitivo o causado por una desalineación de la rótula. La desalineación hace que el cartílago de la superficie posterior de la rótula roce contra otros huesos al doblar la rodilla. Habitualmente los niños que realizan deporte de carrera son especialmente propensos.

Se siente un dolor sordo y continuo alrededor y detrás de la rodilla. No hay inflamación. Subir o bajar las escaleras, practicar ciertos deportes, estar sentado durante mucho tiempo y correr suelen empeorar el dolor.

El diagnóstico se obtiene basándose en los síntomas y la exploración física del niño en consulta.

El tratamiento de la concromalacia son fundamentalmente ejercicios para el fortalecimiento de los músculos cuádriceps, que permiten doblar y extender la articulación de la rodilla. Asociando además ejercicios de elasticidad para mejorar la flexibilidad de la rodilla.

Deben evitarse de forma temporal las actividades que empeoran el dolor. La utilización de analgésicos según pauta pediátrica, son recomendables para combatir el dolor.

En algunos casos, si el dolor persiste en el tiempo y no mejora con las medidas anteriormente comentadas se puede realizar de manera ambulatoria y sin necesidad de cirugía, tratamientos con medicina regenerativa. El tratamiento consiste en la utilización de plasmárico en plaquetas (PRP) que obtenemos a través de un análisis de sangre, y nos permite seleccionar el plasma y las plaquetas e introducirlas en el interiorde la articulación mediante una inyección. La finalidad de estas células es el restablecimiento de la consistencia y dureza del cartílago, además de eliminar el dolor de la rodilla afectada.

Dr. Gonzalo Mora
Instituto de Traumatología y Medicina Regenerativa (ITRAMED)

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